Si pensamos en telas, pensamos en vestidos. Al menos yo. Tuve la suerte de criarme entre una madre sastra y una tía modista. ¡Cómo he añorado sus vestidos!.
Aprendí a coser haciendo disfraces a mis hijos para las funciones de navidad y carnaval es. Hace 13 años era imposible encontrar un disfraz de estrellita o de número cuatro.
Siempre fuí muy práctica con la aguja; aprendí a coser cortinas para mi nueva casa (mi madre se iba haciendo mayor y alguien tenía que coger el relevo), cojines para los sofás, fundas para las sillas y el balancín del jardín… Hasta que descubrí una tienda con unas telas que no están hechas para vestir, sino para que la imaginación vuele lejos. Supongo que en cada ciudad habrá una, tal vez más, en la mía se llama Mi Marinita.
Empecé con los cojines para la habitación de mi hija, y con la tela que sobró, simplemente apareció un precioso cojín para guardar mis alfileres.
Tras otra visita a la tienda, me cosí mi propio cojín con forma de nube. Tecleando en Google «patrón nubes tela» aparecen un montón de imágenes: solo tienes que imprimir la que más te guste. También puedes dibujar tu propio motivo en un folio. Recortas dos figuras iguales, y… a coser. Estos motivos pequeños, para mí, mejor a mano. Lo bueno es que la puntada no se ve, así que si no tienes un montón de horas de práctica no se nota tanto. Rellenar antes de cerrar y planchar bien.
Y con los restos de la tela, una estrellita pequeñita para mis alfileres…