Mi casa empieza a estar llena de amigurumis y en el periodo navideño algunos se unen a la fiesta con un bonito gorro rojo.
Me faltaban tres personajes fundamentales, que dan sentido a estos días familiares: María, José y el pequeño Jesús.
María, con su manto azul. José, con su barba negra y poblada. Y el niño Jesús, desnudito y bien tapado con una amplia mantita. Los tres juntos, ambos papás pendientes del niño. Todos tejidos con lana Katia Austral, muy tierna y amorosa.
La madre, amorosa, contempla a su hijo. Como toda madre que se precie, los primeros días, esos que dicen que los bebes no hacen nada, esos que te pasas horas contemplando sus pequeños movimientos.
San José, padre pendiente de su hijo. Porque los niños necesitan a ambos para crecer. Y José se vinculó con él a pesar de la concepción inmaculada.
Y el pequeño de la casa, desnudito, representando esa venida reciente. Arropado con una mantita y un gorro, para que no pase frío en un mundo hostil por definición.
Las figuras las he asentado en un pesebre natural, no podía ser de otra manera. Sacos de lana rellenos de paja sirven para que el niño duerma cómodo.
Esta es mi representación. ¿Te animas a crear la tuya?
Te dejo el patrón en Raverly, si puede servirte de ayuda.
Empecé con la aguja de ganchillo, pequeñas incursiones con las dos agujas y ahora un poco de telas. Es sorprendente... dónde nos lleva la Creatividad.
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